crítica a la iglesia católica en la literatura de la época inquisitorial

Ya en el siglo XIII uno de los trovadores -entonces tan numerosos-, Guillermo Figuera, hijo de un sastre de
Tolosa (1195-1249), zahiere la decadencia de la Iglesia de Jesucristo en uno de sus poemas escritos en
serventesios. Considera que hay en Roma el foco de la corrupción, y fustiga en términos violentos la codicia y
violencia del Papado
. He aquí una muestra de su manera de pensar. Vertido del provenzal al castellano equivale
a lo siguiente:

¡Oh Roma, que devoras la carne de los humildes!
A los ciegos tú guías contigo a la fosa.
Traspasado has los mandatos divinos.
Pues por dinero perdonas los pecados.
Excesivo es el peso de tus maldades. .


Con su reconocido gracejo, el arcipreste de Hita, Pedro Juan Ruiz, pone al descubierto los vicios del clero.
Juan Ruiz tenía motivo suficiente para estar al corriente de las flaquezas de sus compañeros, ya que él mismo
llevaba una vida tan licenciosa que sus superiores tuvieron necesidad de castigarlo. Por esto, como buen
conocedor, sus descripciones son insuperables. Veamos una muestra de sus escritos (mediados del siglo XIV), en
que se refiere a la codicia reinante entre el personal de la Iglesia:

Si tovieres dineros, habrás consolación.
Plaser, e alegría, del Papa ración.
Comprarás paraíso, ganarás salvación,
Do son muchos dineros, es mucha bendición.
Yo vi en corte de Roma, do es la santidat,
Que todos al dinero fasen grand homilidat,
Gran honra le fascfan con gran solenidat;
Todos a él se homillan como a la magestat.
Fasie muchos Priores, Obispos et Abades,
Arzobispos, Doctores, Patriarcas, Potestades,
A muchos clérigos nescios dábales dinidades,
Fasie la verdat mentiras, et de mentiras verdades.
Fasía muchos Clérigos e muchos ordenados,
Muchos monges, e monjas, religiosos sagrados,
E dinero les daba por bien examinados,
A los pobres desían, que no eran letrados.



Otro critico es Pedro López de Ayala, que adquirió gran fama como cronista: distinguidos historiadores
actuales estiman en mucho su veracidad y el buen juicio con que habla de sus contemporáneos. Durante una
larga prisión a causa de enredos políticos, a finales del siglo XIV, López de Ayala escribió el Rimado de Palacio,
en que canta los deberes de todas las clases de la Cristiandad, empezando por los reyes y,los nobles,
describiendo las costumbres y desvelando los vicios de su tiempo. He aquí dos muestras sacadas de su
producción literaria:

La nave de Sant Pedro está en grant perdición
Por los nuestros pecados e la nuestra ocasión.
***
Mas los nuestros perlados que lo tienen en cura,
Asas han de facer por la nuestra ventura,
Cohechan sus súbditos sin ninguna mesura;
E olvidan consciencia et la sancta Scriptura.
***
Des que la dignidat una vez han cobrado,
De ordenar la eglesia toman poco cuidado;
El como serán ricos más curan ¡mal pecado!
Et non curan de corno esto les será demandado.
***
Perlados sus eglesias devian gobernar,;
Por cobdicia del mundo y quieren morar,
E ayudan revolver el reyno a más andar,
Como revuelven todos el pobre pamolar.
***
En toda la aldea no ha tan apostada
Como la su manceba et tan bien afeytada;
Cuando él canta misa, ella le da el oblada
Et anda ¡mal pecado! tal orden bellaquada.
***
Non saben las palabras de la consagración,
Nin curan de saber nin lo han a corazón;
Si pueden aver tres perros, un galgo e un fur6n,
Clérigo de aldea tiene que es infanzón.
***
Si éstos son ministros, sonlo de Satanás;
Ca nunca buenas obras tú facerlos verás;
Grant cabaña de fijos siempre les fallarás,
De redor de su fuego que nunca y cabrás.

Ya en estos poemas se confirman dos cosas: la corrupción de la Iglesia Católica en aquella época (Siglos XIII,XIV y XV) y la petición de dinero por parte de la misma para el perdón de los pecados, preámbulo de la Taxa Camarae promulgada por el Papa León X en el siglo XVI.

Fuentes: Historia de la inquisición y la reforma en España